Pero antes hay que señalar una cosa: las fascias (y muchos tejidos corporales) se comportan como cristales. Pero ¿qué es un cristal? Se llama cristal a todo sólido con una organización regular (un patrón que se repite a lo largo del sólido), sin embargo en el cuerpo se comportan más bien como cristales líquidos.
El efecto piezo-eléctrico es un fenómeno en el que un cristal (normalmente se habla de sólidos, y no de líquidos) desarrolla un potencial eléctrico al ser sometido a tensión mecánica.
Bien, pues las fascias tienen esa misma capacidad, lo que significa que cualquier movimiento generará una corriente. Y además, el colágeno es un semiconductor, por lo que no encontrarán demasiadas barreras para viajar por todo el tejido conjuntivo. Estas corrientes son captadas e interpretadas por los fibroblastos, que les llevará a generar más o menos colágeno. Esto relaciona la cantidad de movimiento con la cantidad de colágeno que hay en las fascias. Sin embargo lo más importante para la función de las fascias es cómo se orientan esas fibras. Así que ¿cómo se pueden orientar las fibras por sí solas? Pues parece que se orientan en base a esa corriente también, tal y como lo haría la aguja de una brújula con el campo magnético terrestre.
Todo esto explica cómo se organiza en base a las tensiones un tejido con tan pocas células, y por qué la falta de movimiento (y por tanto de tensión y de corriente piezo-eléctrica) puede llevar a la desorganización y a la rigidez de ese tejido. Pero quizás es más importante que existe una forma de comunicación enteramente fascial que prácticamente desconocemos. No sabemos qué componentes pueden recibirla o interpretarla ni si es dependiente o no del sistema nervioso o es algo totalmente distinto...
Sin embargo, dejando correr un poco más la imaginación, una corriente que viaja por las fascias (que no es de origen neurológico) hace pensar en el Chi o Qi de la Medicina Tradicional China o en el Prana del Yoga
Todo ha sido extraído de
- Pilat A. Terapias miofasciales: Inducción Miofascial, aspectos teóricos y aplicaciones clínicas. Madrid: McGraw-Hill-Interamericana; 2003.
- Myers T W. Vias anatómicas: meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento. 2º ed. Barcelona: Elsevier; 2010.