jueves, 22 de mayo de 2014

Microtensegridad o respuesta celular a cambios mecánicos

Si hace poco hablaba de la tensegridad como el modelo arquitectónico de la anatomía. Debo hablar también de su correlación a nivel celular.

Las células tienen un esqueleto interno llamado citoesqueleto que está formado por tres tipos de fibras: microfilamentos, microtúbulos y filamentos intermedios. Y no solo está diseñado para mantener la estructura física de cada célula, sino para sostener cada uno de sus orgánulos y asegurar la comunicación entre ellos incluyendo algún complejo actina-miosina, lo que permite un movimiento activo. Así que bien podría llamarse "aparato locomotor intracelular". Pues bien, resulta que el citoesqueleto también se organiza a través de un modelo tensegrítico. Los microtúbulos se corresponderían con las varillas rígidas que responden a la compresión (los huesos en el modelo corporal) y los microfilamentos se asemejan a las cuerdas tensadas que responden a la tensión (las fascias en el modelo corporal). De esta forma cualquier cambio mecánico que afecte a la célula se repartirá entre todos los componentes de ésta.

Además existen proteínas que atraviesan las membranas celulares de tal forma que pueden servir como comunicación con el exterior, entre ellas se encuentran todos los receptores de membrana que responden a los mensajeros químicos de las inmediaciones. Pues otro tipo de ellas son las integrinas, que responden no a cambios químicos, sino a cambios físicos. Esto significa que las células tienen también una regulación mecánica en base a las tensiones que recibe del exterior.

Sin embargo hay que prestar atención a un hecho: en ese citoesqueleto se incluye el núcleo celular. Esto se puede observar claramente durante la mitosis, en la que este citoesqueleto tira de la cromatina nuclear para llevar una carga completa de ADN a cada polo celular. Lo realmente interesante es que si cualquier cambio mecánico afecta a todos los componentes de una célula, también afectará al núcleo, y eso incluye la expresión genética. Pues esto se ha comprobado: cuando a las células epiteliales (que normalmente tienen forma aplanada para cubrir una superficie) se las obliga a tener forma esférica entran en apoptosis o "muerte celular programada". La posible explicación es que cambian su forma de actuar porque interpretan que hay demasiadas células en el tejido y deben sacrificarse.

Todo ha sido extraído de
  • Myers T W. Vias anatómicas: meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento. 2º ed. Barcelona: Elsevier; 2010.

viernes, 16 de mayo de 2014

Tensegridad o la arquitectura de la vida

La "tensegridad"es un un modelo arquitectónico que fue estudiado por primera vez por R. Buckmister Fuller. Para construir algo tenemos que hacer frente a dos fuerzas: la compresión y la tensión, y por tanto combinar componentes que respondan a cada uno. Un muro de ladrillos responde a la compresión. De esta forma puede soportar el peso de un tejado o del suelo del piso superior. Sin embargo para que el edificio pueda responder a la tensión que le provocaría el viento hay que reforzarlo con vigas de acero. De esta forma se cubren ambas necesidades. ¿Y a qué viene esto? Pues a que en el fondo el cuerpo no es tan distinto de un edificio...

Este modelo (que explican muy bien Pilat y Myers: ver bibliografía) es una forma nueva de entender la arquitectura del cuerpo. En este modelo las estructuras están formadas por dos partes distintas: las varillas rígidas (en caso del cuerpo, los huesos=ladrillos) y las cuerdas tensadas (en caso del cuerpo el conjunto del tejido conjuntivo o fascias). Las varillas responden bien a la compresión, mientas que las cuerdas responden bien a tensión. Sin embargo deben organizarse de forma especial: los elementos rígidos se sitúan de forma discontinua (no se tocan entre ellos como los ladrillos), mientras que los que responden a la tensión se sitúan de forma continua. Y si pensamos en el cuerpo, en realidad los huesos no se tocan, siempre tienen tejido conjuntivo de por medio (cartílago, líquido sinovial, cápsula articular, etc en las articulaciones sinoviales o diartrosis como la rodilla; o por membranas fibrosas en las articulaciones fibrosas o sinartrosis como las articulaciones sacroiliacas). Pero lo realmente fascinante de estas estructuras es que reparten cualquier tensión que reciban entre todos los componentes de tal forma que disipan las fuerzas y las hacen más resistentes, por lo que pueden ser más livianas. Y ademas, como todos los componentes pueden moverse, pueden adaptarse a las fuerzas que reciben cambiando su configuración espacial.

Para entender realmente qué es una estrucura tensegrítica hay que verlas (si no construirlas: Myers tiene una descripción, y hay algún video demostrativo por ahí). Para ello recomiendo visitar dos fuentes:
  • Para ver modelos arquitectónicos: http://freiotto.com/FreiOtto%20ordner/FreiOtto/HauptseiteGross.html 
  • Para ver modelos anatómicos: http://www.intensiondesigns.com/
Bibliografía:
  1. Myers T W. Vias anatómicas: meridianos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento. 2º ed. Barcelona: Elsevier; 2010.
  2. Pilat A. Terapias Miofasciales: inducción miofascial. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 2003.

¿Qué son las fascias?

Seguro que habéis oído "Fascitis plantar", y si tenéis cierta curiosidad habréis preguntado:
¿Qué son las fascias?
Pues son el conjunto del tejido conectivo del cuerpo (para que nos entendamos, es como esa telilla fibrosa que tiene el pollo entre los músculos o ese enrejado que hay en ciertas partes de los filetes, según cómo estén cortadas las fibras). Históricamente este tejido ha sido despreciado porque en las disecciones (que obviamente han sido la forma clásica de acercarse a la anatomía y por tanto a la Medicina) parece una simple envoltura que hay que quitar para poder estudiar el tejido verdaderamente importante que hay debajo. Sin embargo, resulta que si se estudia con más detenimiento, ese tejido es continuo en todo el cuerpo. No tiene una sola rotura (en un cuerpo que no haya sufrido cortes, claro) y pone en contacto directo (con más o menos vueltas) el punto más alto del cráneo con la planta del pie. Esto ya abre una infinidad de posibilidades: ese tejido podría explicar relaciones entre patologías o lesiones que no tienen una proximidad inmediata.
Pero esto es solo el principio...